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miércoles, 14 de septiembre de 2011

POR QUÉ LA REFORMA CONSTITUCIONAL SIRVE A LOS MERCADOS, por Eduardo Arroyo

La reciente aprobación de la reforma constitucional ha sido contestada por la izquierda y por los nacionalistas y ha sido apoyada por los liberales. A estos les parece una restricción intolerable porque limita el nivel de gasto de las Comunidades Autónomas. La idea no es sorprendente, ya que cualquiera que haya tenido relación con una Comunidad Autónoma sabe de su inmenso dispendio, su despilfarro y, en muchos casos, de su ineficacia. Los liberales, por el contrario, han defendido la reforma y creen que con limitarán así el gasto excesivo de las cuentas públicas, que ellos consideran nuestro talón de Aquiles económico. Con muchísima frecuencia -especialmente el ultraliberalismo populista- apela al inmenso gasto de la clase política que se consigue gracias a esquilmar a los que "crean riqueza" y especialmente "a las clases medias", como si a las clases trabajadoras o a los empresarios no se les esquilmara también.

Esta es una visión sesgada y parcial del asunto porque olvida que un Estado puede administrar correctamente el dinero disponible y, sin embargo, contar con altas cotas de paro, inflación desbocada y, en definitiva, con un desastre económico, precisamente por haberse producido un error estructural de su modelo económico. Esto es lo que debe preocuparnos ya que la buena gestión y la lucha contra el despilfarro pueden ser asumibles tanto por un modelo de "libre mercado" como por un koljós soviético, contando ambos con perspectivas muy diferentes. El despilfarro tiene que ver con la corrupción de la clase política; el modelo erróneo con la corrupción de la clase intelectual. Nosotros hemos mantenido aquí que la corrupción intelectual es, sin menoscabo de otras, la peor de todas y el origen de donde nace el resto, pero eso sería un asunto de otro artículo. Lo que vamos a discutir aquí es la razón que ha conducido a la presente reforma constitucional y cuales son sus consecuencias.

Primero, hay que pensar que debe ser algo importante: PP y PSOE -el PPSOE, en adelante-, que no se ponen de acuerdo ni para hacer un jardín de infancia, han votado esta vez en bloque, laminando a los nacionalistas. Anteriormente, el PPSOE no ha dudado un momento en meterse en discusiones interminables para arreglar el lío de las "nacionalidades" de una nación, para ilegalizar al brazo político de una banda mafiosa o para recuperar para el Estado las actuales competencias de educación, gracias a las cuales un chaval catalán no sabe donde está Plasencia. Pero para esto s
 í que se han puesto de acuerdo en tiempo record. Incluso Rubalcaba, el auténtico cerebro del movimiento 15-M, dice que "endeudarse no es de izquierdas" y ha votado como uno más, después de recordar a los bancos y a "las rentas más altas" sus "obligaciones".