e-mail

enderezo electrónico identidadetradizon@yahoo.es





miércoles, 29 de septiembre de 2010

Solidariedade có sector leiteiro galego



Por unha actitude solidaria na merca do leite, apoiamos à producción que reporta beneficios aos gandeiros galegos. Non merques as marcas que expolian a un sector produtivo básico no rural do noso país.
http://identidadegalega.blogia.com/2010/091001-idega-apoia-as-accions-a-favor-do-sector-lacteo-galego..php

martes, 28 de septiembre de 2010

Perspectivas identitarias en Catalunya

A censura mediática sobre as vindeiras eleccións catalanas é obvia. Desde os medios de comunicación afíns e vasalos ao PP, (Intereconomía, La Razón, COPE /Popular TV, ABC, El Mundo/Veo7, etc) ocultan datos sobre as novas perspectivas identitarias da nova formación política que pode ser un revulsivo político tanto en Catalunya como no resto de España. Trata-se da Plataforma per Catalunya.
 Podemos ler en IDPress a seguinte nova en relación ao que estamos a tratar:
http://www.id-press.eu/noticias/ver_noticia.php?id=991
La regidora del Ayuntamiento de Barcelona Emma Balseiro i Carreiras, pierde un documento interno del Partido Popular en donde se le otorgan a Plataforma per Catalunya entre 4 y 5 diputados en las proximas elecciones autonómicas.

El documento, un resumen de una encuesta encargada por el Pertido Popular de Barcelona, otorga a PxC 4 o 5 diputados en las proximas elecciones catalanas, lo que ha sido silenciado por el PP para no dar mas publicidad al partido xenófobo presidido por Josep Anglada.

Emma Balseiro, concejal del PP, reconoce en ese documento que la presencia de PxC en el Parlament podría llegar a suponer una futura desaparición del PP catalán en poco espacio de tiempo.

Curiosamente los resultados de esta encuesta han sido silenciado por el PP catalán y en el documento se hace especial mención a unas declaraciones internas de Alberto Fernandez Diaz en donde se pide a la dirección del Partido Popular de Catalunya la "máxima discrección sobre este tema".


http://www.youtube.com/pxcatalunya#p/u/0/jA323LXawrA

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Pola declaración de parque natural do Monte Pindo

O Pindo é un lugar carregado de lendas pagano-cristiáns, vencellado à mítica Raiña Lupa e ao mito Xacobeo. Dito monte é Olimpo Céltico segundo din algúns autores especializados.
Sumamo-nos a prol da declaración de parque natural  para esta espectacular paraxe que precisaría dunha protección especial.


Artigo recomendado sobre a xeoloxía do Pindo
Video aficionado  sobre o Pindo rodado desde Corcubión
http://www.youtube.com/watch?v=HJmtTbZtO4o&feature=related

miércoles, 15 de septiembre de 2010

O livro maldito de Vicente Martínez-Risco

É  tríste e unha verdadeira mágoa ollar que na Fundación Vicente Risco, censuren e oculten dentro da súa obra un dos mellores livros do noso mellor intelectual galego   http://www.fundacionvicenterisco.com/Biografia/obra_vicente_risco . 
É sintomático, é medo patolóxico esa censura efectuada na obra deste revolucionario conservador, incompreendido en máns anti-risquianas, nun ambente onde a esquerda quere reescrever a historia do nacionalismo galego desde a súa paupérrima visión.
Para aquelas persoas interesadas nese livro maldito "Historia de los Judios desde la destrucción del Templo", na seguinte ligazón poderán evitar a lamentável censura.

A Vergoña de Europa: abandoados pola UE, o povo europeu de Suráfrica masacrado polo odio racial

Mentras só a progresía caduca rexeita a expulsión dos ziganos romenos, os politicastros europeus torcen a vista ante os nosos paisanos en Africa.  De interese é a ligazón ao blogue Infokrisis sobre esta situación Bochorno y vergüenza para Europa: abandonados por la UE, el pueblo europeo de Sudáfrica masacrado por el odio racial
E lémbren-se as palavras do presidente xuvenil do Congreso Nacional Africano, nunca protestadas en Europa  cando cantou en público "Mata ao bóer, mata ao granxeiro". http://www.noticias.com/la-tension-racial-resurge-en-surafrica.209650

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Breve Tratado sobre el Héroe, por Rodrigo Emílio

Tenemos el orgullo de presentar esta traducción inédita al castellano de este interesante texto de nuestro poeta-soldado, Rodrigo Emílio.  Desde Identidade e Tradizón rendiremos siempre tributo a esta gran figura de la cultura portuguesa, maestro nuestro.

Ahora tenemos el placer de ofrecer a nuestros lectores un breve -pero intenso e intuitivo- texto sobre la Vía Heroica- su Vía, nuestra Vía- que requiere meditación y reflexión así como su posterior interiorización. Es un texto escrito en 1973, cuando nuestro querido poeta ya se había vestido de soldado y había combatido poco tiempo antes como alférez en las guerras coloniales. Había también formado familia (con Tera, su esposa y sus tres vástagos: Rodrigo, Gonçalo, Constança) y parte de su producción literaria había visto la luz. Por lo tanto, no es un fugaz y romántico “texto de juventud” propiamente dicho. Su juventud es intensa como delata su biografía y a la edad que escribe estas líneas -29 años-, se vislumbra esa vital actitud interior que forjó su carácter y que le acompañará hasta el final de sus días, allá un 28 de Marzo del 2004, haciendo ahora 4 años que nos dejó huérfanos.
Y nunca nos dejará de sorprender el frescor y la actitud incisiva de nuestro siempre recordado guerrero-trovador. “Hombre en pie entre las ruinas”, contempló y luchó contra la traición a la patria de la “revolución de los claveles”, con el desmembramiento del Portugal ultramarino. “Aristocrítico”, como él mismo se autodefinía, siempre conservó la pluma en una mano y la espada en la otra: La pluma para dar formas al pensamiento, a la Esencia, a la Idea. La espada no solo para defender la fe en la Idea, sino también para combatir y hacer frente a las tendencias más subversivas que habitan en cada uno de nosotros.
No podemos olvidarnos de la publicación póstuma de dos libros suyos, gracias a la editorial Antília: “Matando a sede nas fontes de Fátima” y “Pequeno presépio de poemas de Natal”. Y aguardamos ver pronto la publicación de otro libro suyo, “Intifada(s) Lírica(s)”.

Sirva pues este pequeño texto, como una aportación más a la exhortación de la “revolución silenciosa” de la vía iniciática del guerrero, de la que nos habla la Tradición Perenne, en especial el sagrado Bhagavad-Gita y que nos recordaron insistentemente entre otros Evola y ahora Rodrigo Emílio. Quien quiera, ose y pueda, que entienda, porque como se lee “entre líneas” en el Evangelio de Juan (XII-24) “En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo, que cae en la tierra no muere, queda solo, pero si muere produce mucho fruto”.
                                                  F. Traspedra

El héroe es el arquetipo de la consciencia mitológica del Hombre: el acto heroico es una excursión del Hombre a lo absoluto de sí mismo; el heroísmo, la memoria de Dios en el Hombre. Todo aquel que de algún modo, se hace merecer de la dignidad suprema de haberse alzado a la altura de héroe, está en condiciones humanamente ideales de evidenciar las potencialidades divinas (o paradivinas), mediúmnicas o demiúrgicas, del ser humano.

Con esto quiero decir, en mi opinión, que solo en la calidad de héroe es que la criatura reduce un poco la distancia que le separa del Creador. Es lo mismo decir que, solamente en aspecto de héroe, tendrá Dios buenas razones sentirse orgulloso de la criatura, razones de peso para volver a mirarse en ella: pues solo el héroe,- solo él al final- da a Dios (y a los mortales) la certeza de haber sido el Hombre una creación concebida y espiritualmente materializada, a la imagen y semejanza del Creador.

Muchos son los campos de la afirmación heroica: muchos y a veces simultáneos, a veces concurrentes. Es el caso del héroe que reconcilia el coraje y la sabiduría, elevándose a un plano de victoriosa supremacía sobre la media humana: “numa mão sempre a espada, noutra a pena” “braço às armas feito, mente às musas dada”[1], Luís de Camões es aquí citado.

Entre las mas altas espiritualizaciones del heroísmo, hay que incluir a los santos y mártires de la Fe, siendo entendidos como los héroes de Dios; y luego, el héroe de condición guerrera- preferentemente habitado por el espíritu de cruzada- trabajado por la ascesis cristiana: animado y accionado por ese voltaje místico, que da sentido pleno a todos los ideales vitalistas.

A un nivel superior, el héroe configura así, el modelo de hombre idealmente perfecto, que consigue reunir en sí un difícil equilibrio de virtudes, o toda una gama de desmesuras coronadas por la religión.

Es atributo del héroe el trascendentalizarse, es decir, humanizar la trascendencia divina, con la inmanencia del propio valor, y consumar, por ahí, una personalidad de excepción, que la hazaña (o proeza) heroica autentificará.
En cuanto al heroísmo, no será propiamente un estado (o lo será, cuando mucho, de una manera latente y palpitante) La mayor parte de las veces, consigna un momento, esporádico, un centelleo, fulgurante, de transición e ir más allá, consagrando, de ese modo, todo un código de acendrada determinación y de superadora estoicidad.

Concretando. Héroe es todo aquel que en una pequeña porción de tiempo se entrega a la Eternidad. Cuando el tiempo se viene a cobrar el destino de los años que le adelantó en su nacimiento, llega tarde. Porque a esas horas, el héroe ya conquistó en el tiempo la atemporalidad, a poder de hazañas que, no raramente, se sellan en una eternidad de segundos.

Ahora bien, en el tiempo decadente que vivimos, está bien observar que el sucedáneo del heroísmo es el vedetismo[2] (en el cine, en el teatro, en el deporte, etc.). A medida que aumentan las filosofías del absurdismo – rindiendo loas a la desmotivación y a la ausencia de finalidad de la existencia- ponen desde luego en causa la validez humana del héroe. Sírvase frío. “Sírvase muerto” nos dice Reinaldo Ferreira en “Receita para fazer um Herói” . Porque héroes, solo por receta. Allá ellos esos abstrusos “del absurdo”, solo así se confeccionan héroes; por medio de receta aviada. De lo contrario, se revelan inobtenibles, visto que la fauna existencialista no produce de eso. Y tampoco no admira: figuras chismosas de llevar en el ojal la existencia, exhiben la vida en la solapa. Se comprende: en la solapa. Y como mucho…la mariconería mental no entiende más allá de esas vanidades!!
Publicado en O DEBATE, 1 de Diciembre de 1973
[1] “en una mano la espada, la pena en la otra” “ el brazo a las armas hecho, la mente a las musas ofrecida”

[2] Conservamos la palabra del original en portugués, “vedetismo”, refiriéndose el autor a la Vedette, al espectáculo de variedades, a lo que hoy en día podrían ser denominados despectivamente los “titiriteros”. N. del T.
TEXTO ORIXINAL EN PORTUGUÊS
O herói é o arquétipo da consciência mitológica do Homem; o acto heróico, uma excursão do Homem ao absoluto de si mesmo; o heroísmo, a memória de Deus no Homem. Todo aquele que, de algum modo, faz juz à dignidade suprema de ser tido e havido à conta de herói, está em condições humanamente ideais de evidenciar as potencialidades divinas (ou paradivinas), mediúnicas e demiúrgicas, do ser humano. Com isto, quero eu dizer, cá na minha, que só na qualidade de herói é que a criatura reduz um pouco a distância que a separa do Criador. O mesmo é dizer que, somente em face do herói, terá Deus boas razões para se orgulhar da criatura, razões de peso para se rever nela: pois só o herói – só ele, afinal – dá a Deus ( e aos mortais) a certeza de ter sido o Homem uma criação concebida, e espiritualmente materializada, à imagem e semelhança da grandeza do Criador.


Muitos são os campos da afirmação heróica; muitos e às vezes simultaneos, às vezes concorrentes. É o caso do herói que congraça a coragem e a sabedoria, elevando-se a um plano de vitoriosa supremacia sobre a mediania humana: «numa mão sempre a espada, noutra a pena», «braço às armas feito, mente às musas dada», Luís de Camões é aqui chamado.



Entre as mais altas espiritualizações do heroísmo, é de incluir os santos e mártires da Fé, entendidos como sendo os heróis de Deus; e, logo depois, o herói de condição guerreira – de preferência habitado pelo espírito de cruzada: trabalhado pela ascese cristã; animado e accionado por essa voltagem mística, que dá sentido pleno a todos os ideais vitalistas.



A nível supremo, o herói configura, assim, o modelo do homem idealmente perfeito, que consegue reunir em si um difícil equilíbrio de virtudes, ou toda uma gama de desmesuras coroadas pela religião.



É apanágio do herói transcendentalizar-se, isto é, humanificar, ou humanizar, a transcendência divina, com a imanência do próprio valor, e consumar, por aí, uma personalidade de excepção, que a façanha (ou proeza) heróica autentificará.



Quanto ao heroísmo, não será propriamente um estado (ou sê-lo-á, quanto muito, de maneira latente e latejante). As mais das vezes, consigna um momento, esporádico, um lampejo, fulgurante, de transcensão e ultrapassagem, consagrando, desse modo, todo um código de acendrada determinação e de superadora estoicidade.



Concretamente. Herói é todo aquele que no tempo se levanta para a Eternidade. Quando o tempo vem cobrar o quinhão de anos que lhe adiantou no nascimento, chega tarde. Porque, a essas horas, já o herói conquistou no tempo a intemporalidade, a poder de cometimentos que, não raro, se chancelam numa eternidade de segundos.



Ora, no tempo decaído em que vivemos, está bem de ver que o sucedâneo do heroísmo é o vedetismo (no cinema, no teatro, no desporto, etc…) Acresce que as teorias filosóficas do absurdismo – rendendo laudas à imotivação e à ausência de finalidade da existência – põem desde logo em causa a validade humana do herói. Serve-se frio. «Serve-se morto» – diz-nos Reinaldo Ferreira em «Receita para fazer um Herói.» Porque heróis, só por receita. Lá para esses abstrusos «do absurdo», só assim se confeccionam heróis; por meio de receita aviada. De contrário, revelam-se inobtíveis, visto que a fauna existencialista não produz disso. E nem admira que não: figurantes de trazer na botoeira da existência, exibe-os a vida na lapela. Compreende-se: na lapela. Quando muito, aí…que a mariquice mental não entende além desses janotismos!

Breve apoloxía da Galiza céltica

Hoy en día, en las aulas gallegas, por motivos de snobismo intelectual de ciertos catedráticos de historia antigua, pretenden desvincular la cultura castrexa de la civilización céltica, y es que como decía el gran historiador Emilio González López “es lamentable que en nuestros días, algunos intelectuales gallegos, dejándose llevar por el anticeltismo que produce en ciertos historiadores ingleses la hostilidad céltica irlandesa, se olviden de su propia historia y renieguen del Celtismo” Artículo publicado en el diario La Voz de Galicia, 13-VII-1989. Este historiador siempre propugnó la creación de un Centro de Estudios Europeos; célticos, suevos y escandinavos, para el estudio y desvanecimiento de la ignorancia de las enormes e importantes relaciones de Galicia con el mundo céltico (especialmente Irlanda, Inglaterra, Escocia y Bretaña), el mundo suevo (Alemania, Austria, Francia y Suiza ) y el mundo escandinavo (Noruega, Islandia, Dinamarca). Los falsos herederos intelectuales del Galleguismo, viendo en el “etnicismo” un elemento sospechoso, traicionan a la sangre y a la Tradición, así como a sus grandes defensores como M. Murguía, B. Vicetto, E. Pondal , V.Risco, R. Otero Pedrayo, F. López Cuevillas, R. Cabanillas, etc. Y su paupérrima visión de esta nación se reduce a aspectos meramente económicos y anticastellanos, tal como lo entienden algunos nacionalistas de izquierdas hoy en día.

Pero volvamos a lo que nos concierne, de la Edad del Bronce pasamos a la del Hierro. Los pueblos celtas comienzan a invadir y asentarse en el noroeste peninsular, y de la cultura de la mámoas pasamos a la de los castros, cultura que perdurará hasta la Edad Media. Las primeras invasiones celtas son las de los Saefes (según el historiador griego Avieno “serpientes”, por ser este su animal totémico) en el siglo VI a.C. trayendo el uso del hierro y la Cultura de Hallstatt. Destacados autores como Henri Hubert, F.Le Roux y Ch. Guyonvar´ch, confirman las hipótesis de celtas en el NO peninsular . Como dato más que anecdótico, diremos que filológicamente, por ejemplo el antiguo nombre céltico de A Coruña (Brigantium), también lo encontramos en Austria –Berganta-, derivado de Brigahtia, nombre de diosa común a varios países celtas. El lago Constancia (Suiza-Francia) fue conocido por los romanos como el Lago Brigantino y con posterioridad se le llamó Lago Suevo... curiosidades históricas de las que podríamos hablar con detenimiento


Las similitudes de carácter cultural entre Galiza y otras naciones celtas son enormes, desde las formas de construcción de los castros, a la simbología en su artesanía, fiestas ancestrales, fonética, etc.

ver“Los Celtas y la Civilización Céltica” de Henri Hubert, Akal Universitaria, 1988.
La religiosidad céltica perdura hoy en día en el inconsciente colectivo, prueba de ello son los ecos de esa espiritualidad pagana en múltiples tradiciones y costumbres revestidas de cristianismo... (aguas y fuentes sanadoras, peregrinajes a ermitas de santos (druidas antiguos?!), respeto y culto en los santuarios naturales y piedras con poderes, etc.) ver Afinidades culturais entre Galicia e Irlanda” de Elisabeth F. Keating, Ed.Galaxia, 1990. Para ello se puede consultar varios estudios, aquí destacaremos solo una muestra, por ejemplo “La Galicia Insólita: Tradiciones Gallegas” de Antonio Fraguas e Fraguas, Ediciós do Castro, 1993

Su arquitectura y escultura era rudimentaria. Entrelazos, soqueados, rosaceas, triskeles y svásticas de varias formas conforman la simbología en sus obras. Son de destacar las estatuas de guerreros así como las divinidades de triple rostro o faz. “La primera comunidad gallega se enciende en hogar y verbo celta" ver Ensaio histórico sobre a Cultura Galega” de Ramón Otero Pedrayo, Ed. Galaxia, 1982, pág.22

Prosigue Otero Pedrayo en su descripción sobre las creencias de los celtas galaicos, nos muestra una interesante deducción: “Lo que sorprendía a los clásicos era la juventud, la violencia y la trágica indecisión, el ambiente de lucha de las religiones occidentales. Señalan en Galicia el predominio de un Ares y todo hace suponer (filología, etnología, arqueología) el predominio de una divinidad solar estilizada y simbolizada en la serpiente, en la swástika, en los círculos decorativos, en el esquema de los pájaros lacustres y en la barca del Sol. Los nórdicos y los occidentales debían imaginar – figurarse un universo mojado, nebuloso y lenturiento, en que nada adquiere la solidez y el grado de limitación de las concepciones griegas y latinas. También en éstas hay recuerdos de orígenes caóticos, de vida elemental y angustiosa entra la dinámica originaria: cultos oscuros y filosofías del devenir”  Op. cit. R. Otero Pedrayo, pág.32

Y más adelante nos habla de ese inconsciente colectivo: “Es natural suponer la existencia en Galicia de la étnica iglesia druídica, hecho que parece por otra parte comprobado por la arqueología. Los bosques y las rocas, el mar, las fuentes, los ríos, todos los aspectos misteriosos y enigmáticos de la naturaleza estaban poblados para el celta por espíritus, de la misma manera que hoy lo están en la conciencia íntima del labrador y del marinero de nuestro país” Op. cit. R. Otero Pedrayo, pág.33

viernes, 3 de septiembre de 2010

AREA IDENTITARIA


Dado que os fortes vencellos espirituais da nosa Tradizón européia e os obxetivos político-culturais son os mesmos , o noso blogue IDENTIDADE E TRADIZÓN entra a formar parte de AREA IDENTITARIA, http://areaidentitaria.blogspot.com/,  así como o irmanamento co blogue catalán



jueves, 2 de septiembre de 2010

Comentario sobre EL TRABAJADOR, Ernst Jünger

EL TRABAJADOR.Dominio y Figura. Ernst Jünger.Tusquets Editores.


Principal ensayo del siempre polémico, incomprendido o mal entendido genio de Heidelberg. Publicado originalmente en 1932 la obra no se ha sustraido a una serie de revisiones por su autor adaptando ciertas reflexiones a secuencias vitales cuya magnitud es imposible de menospreciar. El vigor intelectual, el futurismo de sus planteamientos, así como la altura insospechada de una perspectiva que resulta desconcertadora para aquellos que no están preparados para la visión de horizontes nunca explorados, configuran la actual vigencia de esta obra. Incluso sigue aportando claves para lo que será el desarrollo de la modernidad en el siglo XXI.

El Trabajador” no permite definirse ni encasillarse en ningún espacio predefinido pero podemos aceptar el término utilizado normalmente por la crítica de “metapolítica” dada la amplitud de significación del término. Jünger explora campos que nunca habían sido tocados por el pensamiento al menos en la perspectiva futurista y dentro de la más pura esencia del pensamiento europeo y faustico.

El Trabajador, como figura, no como estamento ni clase social sinó como totalidad destinada a dirigir y conquistar el futuro omnimodamente como función imperial en una nueva perspectiva de la dinámica más alla de toda interpretación científica penetrando en el terreno de la metafísica (en el sentido Tradicional no filosófico). Con la crisis de la individualidad que ya era latente a mediados del siglo pasado y que hoy en día ya esta totalmente consumada emerge la figura esencial del Trabajador, que junto al “Soldado desconocido” y al “Emboscado” forman la trilogía de las grandes figuras esenciales jüngerianas. No sin cierta osadía se puede emparentar el carácter de “figura” con el de “arquétipo” como concepto psicoanalíticoexpuesto por Jung aunque esta comparación sólo nos sirve para ayudar a vislumbrar su esencia. A diferencia de este el Trabajador tiene como atributo fundamental la totalidad, la “movilización total” concepto importantisimo en el pensamiento de Jünger y que nos sirve para entender acontecimientos que se desarrollaron en la Europa de entreguerras. Nada se sustrae al Trabajador creando y ampliando campos de poder, el mundo de “Trabajo”, más allá de la acción o de la contemplación. Forman parte del mundo de Trabajo tanto la obra industrial como la poética o religiosa siendo propia la nueva jerarquía de valores que permitirá unha nueva relación del Trabajador con la técnica, la ascesis de Trabajo. La irrupción de esta figura causará irremediablemente el fin de la era burguesa porque el lenguaje del Trabajador ya no participa de la truculenta dialéctica burguesa que supo durante siglos absorver y cauterizar todo aquello que significara oposición, inseguridad, incomodidad.

Jünger esboza un orden grandioso, épico, emparentado con las grandes epopeyas donde el hombre que renunciando a su individualidad burguesa encarna y transparenta en sí la figura del Trabajador convirtiéndose en “Tipo” de la figura, donde su libertad consiste en su sacrificio voluntario en pos del orden superior, es decir la libertad transfigurada en necesidad, o mejor aun (siendo Jünger legítimo heredero del “viejo cabeza de pólvora”) en “voluntad de poder” donde adquiere singnificado la transfiguración de los valores.

Recomendamos como lectura introductoria a la obra de Jünger “Tempestades de Acero” (Tusquets, colección andanzas-53) diarios de la primera guerra mundial. En esta obras se percibe la génesis fundamental del pensamiento de Jünger. Es en la vivencia de la guerra como experiencia interior donde se pueden alcanzar cotas de valor y aperturas a dimensiones nunca vislumbradas a través del puro intelectualismo. “¡Loor a esos caídos que fueron despedazados por la horrenda soledad del amor o del conocimiento, y loor también a esos otros que fueron abatidos por el acero en las incandescentes colinas del combate!” Fragmentos como este podrían estar firmados por aquellos poetas-caballeros del medievo de los cuales fue Wolfran von Eschembach con su “Parzival” uno de los mas conocidos.
G.R.L.C.

O Mito do Home Galego, por Alexandre Herculano






LIMIAR

Do prólogo da obra de Alexandre Herculano “O GALEGO” e có subtítulo de Tipos Portugueses, Vida, Ditos e Feitos de Lárazo Tomé , imos tirar unha seleción de citas por considera-las de enorme interese, dado o actual hibridismo intelectual que impera dentro e fora de nós, da Galiza, da Europa.

Alexandre Herculano, neste texto apresenta-nos ao “ser galego” cunha triple face, tal qual se fose unha deidade céltica que olla para os tres mundos: o pasado, o presente e o futuro. A coraxe do galego como mito para os invasores africáns; como xérmolo do nascemento da monarquía de Portugal; como ser intimamente vencellado à Terra.

Sirvan-nos estas palavras deste excelente escritor português ,para fundamentalmente clarificar ideias e algún que outro “híbrido conceito”: como toma de conciéncia da nosa memória histórica, de actitude vital para nós os galegos, como revitalización do noso orgullo, sempre lembrando que aqueles que posúen a mais longa Memória son os que fican e moran mais perto da Tradición,  do amor à Terra e da alma do Povo. Isto é vital para a nosa existencia, para o noso presente e futuro, o futuro dunha nación baseada nunha postura etno-cultural, có centro na visión espiritoal e organicista da nossa historia, tal e como concebiron-na a flor e nata da intelectualidade galega, como Vicente Risco, Ramón Otero Pedrayo, Florentino López Cuevillas, Álvaro Cunqueiro, Gonzalo López Abente, Antón Losada Diéguez,  A. Taboada Roca,  Alexandre Bóveda, Manuel Murguía, Ramón Cabanillas... por citar só uns de tantos nomes.

Cando os homes e a mulleres da Galiza “re-descubran” sen complexos a sua fermosa e dramática história, voltarán a sentir-se orgullosos de ser galegos, hispánicos e europeus.

CITAS de Alexandre Herculano

“O galego é, sem a menor sombra de dúvida, o mais distinto, o mais forte, o mais digno da observaçâo do filósofo entre todos os tipos da nossa terra. O galego é um mistério (esta frase nâo sei se fede a Lutero: cheirem-na lá os entendidos); o galego é uma existência singular, que passa desconhecida no meio dos desdéns, e quantas vezes (oh profanaçào!)no meio dos cachaçôes e pontapés de um vulgacho grosseiro; o galego é a obra mais ehgenhosa, mais profunda, mais admirável do pensamento humano.”


“Bem prevejo que algum tagarela dos que costumam falar do que nâo entendem, vício mais comum do que se pensa, me tomará para a sua alma, porque logo começo metendo entre os tipos portugueses o galego, o que, no se tísico e superficial bestunto, julgará uma contradiçâo flagrante. A coisa vista pela rama assim parece. Mas quem nâo é capaz de profundar as questôes, para que se há-de meter nelas?

Na filosofía do galego há uma distinçâo fundamental, que antes de tudo se deve fazer. É a base do sistema. Sem ela a teoría da ciència fora impossível. Por aí começaremos:

A ideia “galego” é complexa; é trina. Há galego-mito---galego-história---galego actualidade: o primeiro é um símbolo; o segundo um ovo; o terceiro um elemento social. Este constitui verdadeiramente o objectivo científico: é a revelar uma porçâo mínima das suas maravilhas que dedicamos os presentes estudos. Oxalá nâo sejam baldados os nossos esforços para restituir ao seu legítimo esplendor uma das entidades mais importantes da moderna sociedade portuguesa.

Façamos sentir a diferença do símbolo, do ovo e do elemento social.

Pela volta da tarde, envolto no seu albornoz pardacento, o velho kabaile ou berbere das raízes do Atlas narar aos mancebos que o escutam assentados ao redor dele as remotas lendas mouriscas. Muitas vezes aconece versarem essas lendas sobre as guerras de espanha, antes que, conquistada Granada, as águas violentas do Estreito vissem passar fugitivo pela última vez o estandarte outrora glorioso do Profeta. Naqulas tradiçôes, tâo tristes como a voz do narrador, a palavra Djalikia soa de quando em quando como se fora um murmúrio, vindo na aragem do Norte enxerir-se nas palavras guturais e monótonas do kabaile. “Djalikia!”, exclama ele na sua dor patriótica e religiosa. [“Nome fatal que escureces todas as recordaçôes de glória passada: Djalikia! Os teus reis foram o flagelo dos filhos do Corâo; os teus cavaleiros cobertos de ferro regarm com abundante sangue de mártires os campos e as montanhas de Andalôs. Maldita sejas tu, ó terra fria e húmida, onde o Sol dorme, sem luz, sem calor, deitado no imenso coxim de nevoeiros que, pendente dos quatro ângulos do céu, se balouça sobre os teus pinhais rorejantes! Da s tuas montanhas escarpadas, dos teus vales profundos, das tuas selvas sombrias descia correndo o terror adiante do tropear compassado dos teus ginetes, e dilatava-se para o oriente e para o ocidente, pela Axarkia e pelo Algarbe. Debalde as tribos do Moghreb iam estender uma cerrada abóbada de cimitarras sobre as cabeças dos nossos aterrados irmâos: os braços dos Moghrebins franqueavam, e a abóbada rompía-se, e as espadas dos cavaleiros de Djalikia vinham bater nas frontes das santas mesquitas, e a cruz venerada dos nazarenos aparecia estampada debaixo dos golpes. Nâo eram homens, eram demónios esses pelejadores de Al-djuf, que estavam em frente dos guerreiros do Islâo, firmes como o cedro ameaçado do furacâo, e que ao grito de Santyak se precipitavam contra eles como o leâo contra o caçador inexperto. As tribos mais ilustres dos Amazighs nâo puderam resistir-lhes. Os Morabethins caíram ante eles: caíram ante eles os Mohahhedins! Maldita sejas tu, Djalikia!]

É por este, ou por um semelhante epifonema, que o velho kabaile termina sempre as lendas de Andalôs, ou Espanha. Eses contos, narrados ao lusco-fusco, quando a palmeira movida pela bafagem dá um som semelhante ao de resptíl arrastando-se por folhas secas, quando as sombras indecisas dançam pelo pendor agro da montanha, sâo sempre ou misteriosos ou terríveis. A Galiza, banhada pelo mar escuro e incógnito do Norte, é como um Walhalla ou Olimpo na mitologia tenebrosa das recordaçôes mouriscas de Espanha. A Galiza das xácaras e romances do Moghreb é a Escandinavia do Edda entre os povos germânicos; é o galego uma espécie de Odin ou de Thor africano. A esta luz pode-se considerar como um mito, ou símbolo da pancadaría.

Na orla setentrional da Lusitânia romana e gótica, à beira do Douro e vizinha da sua foz, existia, talvez desde o século V, uma pinha de casebres povoados de certa salada mestiça de gregos, célticos, romanos, suevos, alanos, visigodos, e nâo sei se de mais alguma raça vinda nâo sei de one, populaçâo esquisita, colecçâo de amostras do género humano cosidas umas nas outras. Chamava-se Cale, nomesobre o qual os eruditos têm cismado deveras, e no meu entender com muitíssima rzâo. Depois da entrada dos sarracenos, Cale conservou-se embrulhada no albornoz mourisco, fazendo biocos à cruz nasteada de novo sobre a margem direita, quando já tda a Galiza estava livre dos câes de Mafamede, denominaçâo eloquente com que os cristâos designavam os mouros, e a que estes polidamente correspondiam com a de porcos nazarenos. Do caretear insolente de Cale desforçaram-se os galizianos pondo-lhe defronte outra pinha de casebres a que chamaram Portucale. Passados tempos as armas cristâs transpuseram o rio e a povoaçâo nova, a povoaçâo de acinte, devorou a antiga, ou pelo menos subjugou-a. Desde entâo existiu talvez a ponte das barcas –e quem sabe se as escadas do Codessal, porque Portucale estava na sua infância encarapitado no alto da Sé? As academias que indaguem isto. Seja o que for, é certo que Portucale começou a fazer bulha no mundo, e cale foi esquecendo. Hoje o castro novo chama-se Porto, o castro antigo Vila Nova de Gaia. O fidalgo é súbdito; o peâo senhor, senhor rico, poderoso e soberbo, que julgou sobejo conservar metade do nome. Teve razâo: a monarquia que se formou no Ocidente da Espanha e à roda dele honrou-se de tomar para si o nome do burgo galego, metade no original, e em pública-forma a outra metade que ele reservara para si.

É assim que historicamente o galego é ovo; ovo desta monarquia de Portugal. Afora o nome, ela herdou de Galiza bom quinhâo de território, parte da populaçâo, os mais ilustres nomes da sua velha aristocracia, muitos costumes, e finalmente a língua, que hoje sehoril e desdenhosa olha com sobranceira para o antigo dialecto que lhe deu origem, falta de piedade filial mais que muito repreensível, e que eu quisera ver bem zurzida pelos atravessadores, espevitadores e esfoladores da moral pública destes reinos e senhorios, onde nenhuma criatura, que saiba o nome aos bois em história, pode volver os olhos para o extremo horizonte do nosso passado, que nâo enxergue, ao cabo lá, a Galiza.

Eis como a palavra galego se reveste já de uma importancia e majestade, que ao primeiro aspecto nâo descobrimos nela. Como todas as fórmulas históricas que representam grandes factos sociais, ela é prolífica – prolífica de uma naçâo cuja origem resume- e mitológica, porque o povo nâo borda a sua poesia rude, mas grandiosa e vivida, senâo em tela assaz vasta para conter as largas dimensôes da sua imaginaçâo. Se Karl, o selvagem imperador dos Francos, nâo houvera sido um espírito imenso, que atirou a Europa dois séculos para diante com a mâo robusta; se Hruodland, o fero markgraf da Bretanha, nâo fosse o guerreiro mais extremado entre os leudes filhos de pepin, nós nâo teríamos hoje essa lenda de Carlos Magno e Roldâo, a mais popular do Ocidente, à qual cada naçâo deu uma forma sua, e que todos amam, lêem, comentam e decoram melhor do que a própria cartilha do Mestre Inácio, se é lícito dizê-lo sem ofensa dos bons costumes, aliás desde já dou a comparaçâo por cancelada, trancada, respançada, expungida e excomungada, para que nunca mais se repita, nem por ela se faça obra, até a consumaçâo dos séculos.”

“Agora o que me custa sofrer com paciência é que se diga: o galego é nascido em Galiza. Quem é que ousa afirmá-lo? A primeira cousa que eu nego é que um galego nasça. De outra qualquer criatura bípede pode dizer-se; este nasceu em Cassurâes, em Ranhados, em Sargalhos, aquí ou acolá; mas o aparecimento do galego nâo há senâo uma frase rigorosa que o exprima: veio da terra. Tenho visto muito mundo, falado com muita gente, nunca vi nem ouvi que nenhum galego nascesse em parte nenhuma. Veio da terra: vai para a terra – eis dos horizontes da aurora e ocaso desse astro social. “Mas a terra do galego”, dir-me-âo, “é algures”. Forte esperteza! É justamente aí que bate o ponto. Se eu ou alguém o soubesse, que tería o negócio de maravilhoso? Depois de longas e suadas meditaçôes acerca da pátria do galego, só tenho alcançado verter mui ténue luz sobre tâo escura e espinhosa matéria. Virando-nos para o mar, em qualquer parte que estejamos, o galego rebenta-nos da direita. A ciência nâo chega mais longe. O nome ddessa pátria galega, a sua latitude e longitude, é vaga, nebulosa e incerta. Vistam-me um peralvilho de Lisboa com uns calçôes de burel, uma jaqueta de abas, um colete vermelho assertoado, calcem-lhe uns sapatos grossos, dêem-lhe uma fouce e mandem-nopara o Alentejo; no Alentejo chamar-lhe-âo galego, como em Lisboa é galego todo o homem da Beira, em Coimbra o do Porto, no Porto o do Alto Minho, no Alto Minho o filho das margens do Bivey ou do Tambre, e creio que na Andaluzia será o Alentejano, como em Lugo e Compostela o é, talvez o asturiano ou o Vaconço. Quando as expediçôes dos Escandinavos começaram a infestar no século VIII as costas da Europa Meridional, deu-se a esses terríveis piratas vindos do Báltico, e só conhecidos pelas suas devastaçôes, o nome de Normandos (homens do Norte) . Porque pois nâo daremos ao galego o nome que exprime a sua origem sabida? Porque nâo lhe chamaremos o homem direito ou da direita? Evitar-se-ia assim uma homonímia, e ao mesmo tempo indicar-se-ia o objecto pela sua carecterísticva principal e exclusiva, visto que entre todos os vivientes é o galego o único de que se nâo possa dizer que nasça.

Assentados estes preliminares filosóficos, indispensáveis para o meu trabalho político-moral, prosseguirei no desenvolvimento ga gravíssima questâo que tenho estudado especialmente, com aquela profundeza, e proveito comum, a que o público está afeito noutras matérias nâo menos graves, com que ordinariamente o regalem as publicaçôes hebdomärias destes reinos e senhorios de Portugal”